Dimensión socio-afectiva
La comprensión de la dimensión socio-afectiva
hace evidente la importancia que tiene la socialización y la afectividad en el
desarrollo armónico e integral en los primeros años de vida incluyendo el
periodo de tres a cinco años.
El desarrollo socio-afectivo en el niño juega
un papel fundamental en el afianzamiento de su personalidad, autoimagen, autoconcepto
y autonomía, esenciales para la consolidación de su subjetividad, como también
en las relaciones que establece con los padres, hermanos, docentes, niños y
adultos cercanos a él, de esta forma va logrando crear su manera personal de
vivir, sentir y expresar emociones y sentimientos frente a los objetos, animales
y personas del mundo, la manera de actuar, disentir y juzgar sus propias
actuaciones y las de los demás, al igual que la manera de tomar sus propias determinaciones.
Dimensión corporal
En el transcurso de los
años preescolares como consecuencia de su desarrollo físico, en el cual se
encuentran las estructuras óseo-musculares, los niños no dejan de aumentar
regularmente su talla y peso, a una velocidad de crecimiento más lenta de lo
que ha sido durante sus primeros años de vida; el cerebro continúa también su
desarrollo, el cual ahora está en un proceso de arborización de las dendritas y
conexión de unas neuronas con otras. Este proceso, iniciado en la gestación, se
intensifica al máximo hasta los cinco años.
Dimensión cognitiva
Entender el desarrollo de la dimensión cognitiva en el niño que ingresa al nivel de educación preescolar, remite necesariamente a la comprensión de los orígenes y desarrollo de la gran capacidad humana para relacionarse, actuar y transformar la realidad, es decir, tratar de explicar cómo empieza a conocer, cómo conoce cuando llega a la institución educativa, cuáles son sus mecanismos mentales que se lo permiten y cómo se le posibilita lograr un mejor y útil conocimiento.
Entender el desarrollo de la dimensión cognitiva en el niño que ingresa al nivel de educación preescolar, remite necesariamente a la comprensión de los orígenes y desarrollo de la gran capacidad humana para relacionarse, actuar y transformar la realidad, es decir, tratar de explicar cómo empieza a conocer, cómo conoce cuando llega a la institución educativa, cuáles son sus mecanismos mentales que se lo permiten y cómo se le posibilita lograr un mejor y útil conocimiento.
Dimensión comunicativa
La dimensión comunicativa en el niño está dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y fenómenos de la realidad; a construir mundos posibles; a establecer relaciones para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y sentimientos.
La dimensión comunicativa en el niño está dirigida a expresar conocimientos e ideas sobre las cosas, acontecimientos y fenómenos de la realidad; a construir mundos posibles; a establecer relaciones para satisfacer necesidades, formar vínculos afectivos, expresar emociones y sentimientos.
Dimensión estética
La dimensión estética en el niño juega un papel fundamental ya que brinda la posibilidad de construir la capacidad profundamente humana de sentir, conmoverse, expresar, valorar y transformar las percepciones con respecto a sí mismo y al entorno, desplegando todas sus posibilidades de acción. El niño, en esa permanente interacción consigo mismo, con sus pares y con los adultos, especialmente con sus compañeros, el docente y padres de familia, manifiesta sus sensaciones, sentimientos y emociones, desarrolla la imaginación y el gusto estético garantizando climas de confianza y respeto, donde los lenguajes artísticos se expresan y juegan un papel fundamental al transformar lo contemplado en metáforas y representaciones armónicas de acuerdo con las significaciones propias de su entorno natural, social y cultural.
Dimensión espiritual
El desarrollo de esta dimensión en el niño, le corresponde en primera instancia a la familia y posteriormente a la institución educativa, al establecer y mantener viva la posibilidad de trascender como una característica propia de la naturaleza humana, la espiritualidad.
El espíritu humano crea y desarrolla mediante las culturas y en las culturas un conjunto de valores, de intereses, de aptitudes, actitudes de orden moral y religioso con el fin de satisfacer la necesidad de trascendencia que lo caracteriza.
El desarrollo de esta dimensión en el niño, le corresponde en primera instancia a la familia y posteriormente a la institución educativa, al establecer y mantener viva la posibilidad de trascender como una característica propia de la naturaleza humana, la espiritualidad.
El espíritu humano crea y desarrolla mediante las culturas y en las culturas un conjunto de valores, de intereses, de aptitudes, actitudes de orden moral y religioso con el fin de satisfacer la necesidad de trascendencia que lo caracteriza.
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